miércoles, 15 de marzo de 2017


EL MARRAKECH DE TRAPIELLO



Marrakech es una tienda-medina rodeada de diecinueve kilómetros de bellísima muralla de diez metros de alto tapial. El mercadeo es su alma y su afán, así que el marrachí lleva siglos doctorado en el arte de vender y comerciar, esa actividad que, siendo innoble para el islam, puede despenalizarse siempre que antes de cada negocio se rece a Alá invocando su presencia en la operación «para que baje a bendecirla y confunda a una de las partes».
En Marrakech verás muchachos hablándote en español espurriao o jerga de euskara o con muletillas catalanas o en francés corrido, en inglés tombolero y hasta echando piropos en ruso según crea adivinar la nacionalidad por las pintas del guiri o alargando la oreja por pillarles de lejos el habla... listos como ardillas de Ketama o esos monos del Atlas que roban mochilas... tú comprar, pasa, paisa, más barato que Mercadona... neska polita gudariak, erosketa poltsa... ¿du yu laik oranch yuis?... y siempre con la gracia arrastrada del charlatán impetuoso que te asalta brindando chollos o describiendo paraísos y haciéndote siempre la pelota hasta el empalago mareante... así suena Marrakech... y también a pedorreta de motocicleta, miles de motocicletas, único medio para poder ir cagando leches y orillando al peatón por aquellos callejos angostos, poblados y umbríos de su inmensa medina... y pese a que motoretas y motocarros fueron jubilando a los pollinos, aún se ven muchos (y jamelgos) callejeando por allí, agradeciendo el peatón su andar calmoso y su rutinaria mansedumbre, aunque el furioso morito que va al pescante le arree varazos del nueve largo.
Una vez, un Hasán pispo nos ofrecía algo en su motocicleta ¡¡enteramente pintada con la simbología del Barsa!!... ¡¡¿del Barsa?!!, fot el camp, noi... eeeh, dio vuelta a la moto y la otra cara era toda del Real Madrid... ¡paisa, yo soy de los dos!... lo puso peor: pues que te den. 
(Pedro Trapiello. Cornada de lobo. Diario de León. 15/03/2017)