martes, 16 de diciembre de 2014

GRAFOLOGIA. PRINCIPIOS DE LA GRAFOTECNIA

Decálogo de los principios científicos en que se apoya la Grafotecnia.(Felix Del Val Latierro ).:

El perito caligráfico Félix Del Val Latierro, en su libro Grafocrítica en 1.963, expuso el Decálogo de los principios científicos en que se apoya la GrafotecniaLa Grafotecnia, la ciencia general de la escritura.

Val Latierro hizo dos divisiones:

Por la forma del grafismo y por la finalidad.


El Decálogo contiene los siguientes puntos:

1. El alma y el grafismo está en relación permanente de causa efecto.

Según el estado psicológico de quién escribe, tiene un efecto en los caracteres gráficos.

2. El alma es un complejo infinito; y así no hay dos almas iguales, tampoco existen dos grafismos iguales.

Cada persona que escribe es diferente a la otra, por lo cual cada uno tiene un grafismo único.

3. El complejo anímico se modifica por el complejo fisiológico: tonalidad nerviosa, muscular y glandular, el cual reviste igualmente una veracidad infinita, por lo que resulta, si así puede decirse, un infinito modificado por otro infinito.

El estado de ánimo viene determinado por el estado fisiológico y este a su vez por una variedad de complejos, lo cual el resultado es infinito.

4. El complejo anímico y la tonalidad general fisiológica definen o determinan la fisonomía del escrito, independientemente del órgano que la ejecuta, si éste está adaptado a la función, e independientemente también del alfabeto empleado.

El gesto de escribir, no es únicamente un movimiento llevado a cabo por nuestra mano u otro órgano que lo ejecute, sino una serie de complejos procesos cerebrales, musculares y energéticos, que provocan que el movimiento deba programarse en nuestro cerebro y miembros, prepararse para su ejecución y finalmente llevarse a cabo.


5. Los estados de conciencia, pasajeros o permanentes, repercuten en el grafismo, así como las variaciones de tonalidad general.

Esto es debido a que el grafismo es una elaboración mental, todo lo que repercuta a la mente le repercuta al grafismo.

6. La escritura es inicialmente acto volitivo, pero con predominio posterior, casi absoluto, del subconsciente, lo que explica la permanencia y fijeza de la peculiaridades gráficas.

Cuando aprendemos a escribir, nos esforzamos en reproducir exactamente en cada letra el modelo caligráfico y a medida que el centro psíquico deja libre el campo de las funciones autónomas del sistema nervioso periférico, a medida, por siguiente, que los movimientos de la escritura, en vez de minuciosamente deliberados, se vuelven deliberados solamente en cuanto a la idea y reflejos habituales que proceden del interior en cuanto a la ejecución, van también aumentando las diferencias entre la escritura y el modelo caligráfico.
El agente deformador, es un complejo de movimientos reflejos producidos desde dentro del carácter instintivo, los mímicos.

7. No se puede disimular la propia grafía sin que se note el esfuerzo de la lucha contra el subconsciente.

El gesto gráfico está sometido a la influencia inmediata del cerebro. El órgano que escribe no modifica la forma de aquella, si funciona normalmente y está lo bastante adaptado a su función. Esta relación no se puede modificar voluntariamente en un momento de la escritura natural más que dejando en su trazado la señal del esfuerzo realizado para lograr el cambio.

8. Nadie puede disimular simultáneamente todos los elementos de su grafía, ni siquiera la mitad de ellos, lo cual es una consecuencia de lo anterior avalada por la experiencia Saudek.

Es consecuencia de la influencia inmediata del cerebro y este con el órgano que escribe.

9. Por mucho que lo pretenda el falsificador o el disimulador, es imposible, en escritos extensos, que el subconsciente no le juegue alguna mala pasada, revelando la verdadera personalidad del escrito falsificado o disimulado.

Cuando uno escribe, el yo está en acción, pero el sentimiento casi inconsciente de esta actuación pasa por alternativas continuas de intensidad y debilidad. Adquiere el máximo de intensidad cuando tiene que realizar un esfuerzo, es decir, en los comienzos, y el mínimo cuando el movimiento de la escritura viene secundado por el impulso adquirido, o sea, en los finales. Existe en ello un fenómeno que actúa de manera continua en las personas normales, que tiene conciencia de que escriben, desaparecen en los alineados, que trazan series de palabras a la manera de los autómatas. Y tienen consecuencias que explican las comprobaciones.
El grafólogo centra su estudio en el inicio de las palabras donde descubre el carácter del escribiente y el perito caligráfico se centra en las partes finales de las palabras, donde se comprueba un sensible automatismo en sus movimientos.
A medida en que el cansancio y la pérdida de concentración actúan, pierden calidad.

10. No todos los signos gráficos tienen el mismo valor. Los más importantes son aquellos que son invisibles o poco aparentes , pues son los que escapan lo mismo en la imitación que en el disimulo.

El falsificador de su propia letra puede llegar a hacerla imposible de reconocer respecto a su escritura habitual pero precisamente el esfuerzo ejercido para ello lo desenmascara. El imitador de una escritura entra en conflicto con sus propios hábitos de escritura lo que le lleva a tener adoptar entre una de las dos opciones siguientes:


Copia el modelo tal cual se presenta, con lo que puede vacilar, temblar, interrumpir la escritura, etc., o se decanta por intentar imitarla sin más, en cuyo caso no vacilará ni temblará como en el caso anterior pero la caligrafía se alejará del modelo, perdiendo con ello formas y cualidades de muchas de las letras.